Una parada…para arrancar
El Centro Cultural El Colectivo estrena su nuevo espacio en Urquiza
Si hay Cuatro Musas más en El Barrio queremos suponer que estaremos todos más inspirados que nunca para la creación.
El Colectivo, desde hace ya casi 7 años, intenta ser un refugio para musas y artistas, para aprendices de esas mágicas y laboriosas cosas que son la pintura, la escultura, la música, el teatro o la literatura. Somos un grupo de artistas/profesores que iniciamos un sueño en Bauness 2640 en marzo del 2000 con la idea de abrir un espacio de propuestas interesantes, de espectáculos y de encuentro para la gente del barrio y aledaños. Sin prisa pero sin pausa y con un esfuerzo sostenido organizamos peñas mensuales, festivales de títeres para chicos y grandes, conciertos -muchos de tango-, obras de teatro y exposiciones de pintura. El grupo muralista del Colectivo también realizó murales en Triunvirato y Roosevelt -en la plaza de los Vecinos- y los músicos del Colectivo han acompañado siempre que pudieron al grupo de teatro comunitario Los Villurqueros, en sus obras recreativas de la historia de Urquiza.
En septiembre del año pasado, ante las ofertas de las inmobiliarias, los propietarios de Bauness 2640 decidieron vender su casa, una casa familiar con un siglo de historia. Con un dolor indescriptible vemos ahora los techos demolidos y ese espacio que albergó nuestros pasos- y los de tantos otros- en un estado de semi ruina a la espera de vaya a saber qué bello proyecto arquitectónico. ¿Una torre más?
Pero la vida siempre da esperanza. ¿O siempre da revancha?
Una pareja de italianos (llamados Sandra y Mario) que conocía bien la historia del Colectivo y a sus integrantes decidió, en agosto de este mismo año, comprar una casa en Buenos Aires para que el Colectivo pueda seguir adelante, afrontando un alquiler que esté dentro de sus posibilidades. Y así ocurrió. La nueva casa también es una antigua casona del barrio de Urquiza, en la esquina de Iberá y Galván, y es una casa con tanta historia y encanto como la otra, que ya queremos tanto como a la otra y cuyas paredes estamos vistiendo de pintura, colores y proyectos.
La casa de Galván albergaba un almacén y tiene un patio tanguero digno de inventarle recuerdos. Muchos vecinos se acercan y exclaman “¡qué suerte que no se hizo un edificio!” Creemos que sí, que es una suerte haber podido rescatar al menos esa esquina del barrio (una torre menos) y darle además una finalidad que a puertas abiertas invita a quienes quieran a conocerla y frecuentarla. Hay talleres, hay mates, hay conciertos...y hay todavía mucho por hacer.
El Colectivo arranca entonces nuevamente, estrenando también esta página dentro de El Barrio, donde esperamos poder evocar temas relativos al arte, a su historia, su teoría o problemáticas referentes al aprendizaje de las distintas disciplinas. Todo muy divertido, dirá usted. Un poco más que este primer y extenso artículo de presentación. Lo prometemos.
(FOTO MURALES ROOSEVELT )
Los murales de Triunvirato y Roosevelt, reconocidos de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El Centro Cultural El Colectivo estrena su nuevo espacio en Urquiza
Si hay Cuatro Musas más en El Barrio queremos suponer que estaremos todos más inspirados que nunca para la creación.
El Colectivo, desde hace ya casi 7 años, intenta ser un refugio para musas y artistas, para aprendices de esas mágicas y laboriosas cosas que son la pintura, la escultura, la música, el teatro o la literatura. Somos un grupo de artistas/profesores que iniciamos un sueño en Bauness 2640 en marzo del 2000 con la idea de abrir un espacio de propuestas interesantes, de espectáculos y de encuentro para la gente del barrio y aledaños. Sin prisa pero sin pausa y con un esfuerzo sostenido organizamos peñas mensuales, festivales de títeres para chicos y grandes, conciertos -muchos de tango-, obras de teatro y exposiciones de pintura. El grupo muralista del Colectivo también realizó murales en Triunvirato y Roosevelt -en la plaza de los Vecinos- y los músicos del Colectivo han acompañado siempre que pudieron al grupo de teatro comunitario Los Villurqueros, en sus obras recreativas de la historia de Urquiza.
En septiembre del año pasado, ante las ofertas de las inmobiliarias, los propietarios de Bauness 2640 decidieron vender su casa, una casa familiar con un siglo de historia. Con un dolor indescriptible vemos ahora los techos demolidos y ese espacio que albergó nuestros pasos- y los de tantos otros- en un estado de semi ruina a la espera de vaya a saber qué bello proyecto arquitectónico. ¿Una torre más?
Pero la vida siempre da esperanza. ¿O siempre da revancha?
Una pareja de italianos (llamados Sandra y Mario) que conocía bien la historia del Colectivo y a sus integrantes decidió, en agosto de este mismo año, comprar una casa en Buenos Aires para que el Colectivo pueda seguir adelante, afrontando un alquiler que esté dentro de sus posibilidades. Y así ocurrió. La nueva casa también es una antigua casona del barrio de Urquiza, en la esquina de Iberá y Galván, y es una casa con tanta historia y encanto como la otra, que ya queremos tanto como a la otra y cuyas paredes estamos vistiendo de pintura, colores y proyectos.
La casa de Galván albergaba un almacén y tiene un patio tanguero digno de inventarle recuerdos. Muchos vecinos se acercan y exclaman “¡qué suerte que no se hizo un edificio!” Creemos que sí, que es una suerte haber podido rescatar al menos esa esquina del barrio (una torre menos) y darle además una finalidad que a puertas abiertas invita a quienes quieran a conocerla y frecuentarla. Hay talleres, hay mates, hay conciertos...y hay todavía mucho por hacer.
El Colectivo arranca entonces nuevamente, estrenando también esta página dentro de El Barrio, donde esperamos poder evocar temas relativos al arte, a su historia, su teoría o problemáticas referentes al aprendizaje de las distintas disciplinas. Todo muy divertido, dirá usted. Un poco más que este primer y extenso artículo de presentación. Lo prometemos.
(FOTO MURALES ROOSEVELT )
Los murales de Triunvirato y Roosevelt, reconocidos de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(FOTO PINTANDO)
La nueva casa toma color a manos del equipo del Colectivo.
Compartimos para empezar este poema de Luis Luchi, gran poeta y amigo de quien ya hablaremos más largamente en estas páginas.
La nueva casa toma color a manos del equipo del Colectivo.
Compartimos para empezar este poema de Luis Luchi, gran poeta y amigo de quien ya hablaremos más largamente en estas páginas.
EL OCIO CREADOR
Poema de Luis Luchi, in Antología Poética, 1986
Dénme lugar y moveré la tierra.
Déjenme cambiarle de sitio a las luces,
necesito más días nublados
más noches extendidas.
Tráiganme un ojo de cerradura,
víveres, pluma bañada en tinta,
cama de piedra, el rincón seco.
Y una pizquita de sol
para sentir el gusto.
Con la condición
que no me obliguen a trabajar.
Taparrabos y leña serán suficientes.
Cuando me encuentre alguien que sepa de mí,
y me enriquezca con una mirada amistosa,
le recitaré sobre la nube navegando
o sobre un gemido asestado.
Santificaré la herencia maldecida,
aplaudiré las protestas
y si llega a precisar
la mitad de la constelación de Orión,
la repartiremos en el hambre del misterio.
Qué pobre es mi haber, qué pobre;
siempre diciendo no,
las fiestas no,
el cortejo no,
en los versos no,
y más que nada trabajar no,
tengo muy poco tiempo.
Poema de Luis Luchi, in Antología Poética, 1986
Dénme lugar y moveré la tierra.
Déjenme cambiarle de sitio a las luces,
necesito más días nublados
más noches extendidas.
Tráiganme un ojo de cerradura,
víveres, pluma bañada en tinta,
cama de piedra, el rincón seco.
Y una pizquita de sol
para sentir el gusto.
Con la condición
que no me obliguen a trabajar.
Taparrabos y leña serán suficientes.
Cuando me encuentre alguien que sepa de mí,
y me enriquezca con una mirada amistosa,
le recitaré sobre la nube navegando
o sobre un gemido asestado.
Santificaré la herencia maldecida,
aplaudiré las protestas
y si llega a precisar
la mitad de la constelación de Orión,
la repartiremos en el hambre del misterio.
Qué pobre es mi haber, qué pobre;
siempre diciendo no,
las fiestas no,
el cortejo no,
en los versos no,
y más que nada trabajar no,
tengo muy poco tiempo.
